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El Censo Neotropical de Aves Acuáticas – CNAA: historias que vuelan 

Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo

El Censo Neotropical de Aves Acuáticas (CNAA) es una actividad que realizamos dos veces al año: en febrero y en julio. En estas jornadas todos podemos participar y aprender sobre cuáles son esas especies de aves que habitan los humedales del valle geográfico del río Cauca. Iguazas (Dendrocygna) Asociación Calidris / Dina Luz Estupiñán Estos datos nos permiten conocer cómo cambian las abundancias de las aves acuáticas, además, cómo están cambiando los sitios. Por eso, este conteo tiene muchas historias para contarnos. Historias que se construyen entre todos, porque más que una actividad de ciencia, es un momento de reconocernos como parte de los ecosistemas.    Así, los tres sábados del mes de febrero, 28 personas madrugamos a visitar quince humedales. Entre estos, los que hacen parte de las madreviejas y arrozales del norte del Cauca y el sur de Jamundí, pasando por humedales urbanos y finalizando en los grandes humedales del centro del Valle, en su gran mayoría asociados a la Laguna de Sonso.  Todos llevamos en común la felicidad que despierta la observación de aves y la emoción de saber qué nos vamos a encontrar. De algo estamos seguros, siempre hay algo nuevo por ver.    Tratamos de llegar antes de que salga el sol, nos terminamos de despertar, tomamos un poco de café y alistamos nuestros equipos infaltables: binoculares, telescopio, trípode y guías de aves. Esta vez hicimos nuestro piloto usando eBird para subir los datos del CNAA, eso sí, sin dejar nuestra gran compañera: la bitácora, libreta donde apuntamos eso que nos queremos llevar en la memoria escrita, con el fin de corroborar información. Polla gris (Gallinula galeata) / Asociación Calidris / Dina Luz Estupiñán Garcita rayada (Butorides striata) / Asociación Calidris / Fernando Castillo Contamos aves sin parar desde las 6:00 hasta las 11:00 am. Durante los recorridos, registramos todas las aves, atentos a observar y escuchar las que están dentro del humedal o en la vegetación alrededor. Las observamos sin prisa, en silencio, sin alterarlas, al fin y cabo, ese es su espacio. Hay que registrar todo, incluyendo cómo está el hábitat, y si notamos alguna alteración, estos datos nos dan una idea de cuánto cambian los sitios y se puede deducir cómo esto afecta o no a las poblaciones de aves acuáticas.   En el camino nos encontramos con el pescador que va a su faena, con una sonrisa de orgullo nos cuenta que, antes él encontraba muchas aves en el humedal y que eso significaba que había muchos peces, pero, “el humedal ha cambiado, ahora no hay muchas de esas aves (refiriéndose a las pollitas de agua o los patos).  Hay que hacer algo para que vuelvan”.    Principales resultados  Todas las aves cuentan y este censo es una invitación a seguir protegiendo los ecosistemas de estos humedales tan importantes para toda la biodiversidad y para la humanidad. Este es el llamado para seguir celebrando no solo en el mes de febrero, sino todo el año: “proteger los humedales para nuestro futuro común”. Hagamos de este planeta un lugar para todos y todas.    Agradecemos a las personas que participaron y aportaron a estos datos. Los invitamos a vernos en nuestra jornada del mes de julio.  ¡Por las aves, con la gente!   Para más información: Dina Luz Estupiñán Coordinadora CNAA Valle del Cauca  dina.estupinan@calidris.org.co 

El astillero dormido en el tiempo

Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo

Cada mes de febrero, desde hace más de una década, el equipo de monitoreo de aves playeras visitamos el Parque Nacional Natural Sanquianga, en la costa pacífica de Nariño, para realizar el conteo de aves en los planos lodosos de esta área protegida. Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo Como siempre, el hospedaje es en Los Mulatos, una pequeña comunidad a orillas del océano Pacífico, conocida por ser el hogar de los “culimochos”, hábiles carpinteros navales descendientes de vascos (según cuenta la historia) que, durante generaciones, construyeron gran parte de la flota de cabotaje que surcó estas aguas. La tarde avanza pesada; había llovido todo el día, empapando la tierra y el aire con ese frío extraño que a veces se siente en estas tierras de calor perpetuo. El cielo, cubierto por un manto gris, parece más bajo, oprimiendo la inmensidad del manglar que se extendía a nuestro alrededor. Navegamos por el estero rumbo al astillero de “El Cacao” en compañía de Lucho, nuestro anfitrión en el pueblo y, esta tarde, nuestro guía. Como descendiente directo de los culimochos, conoce cada rincón de estos esteros y cada sendero oculto entre las raíces enmarañadas del manglar. Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo “Hace rato que no se hacía uno”, comentó Lucho al señalar un claro entre los árboles, donde asoman las primeras estructuras del astillero. En otros tiempos, este sitio vibraba con el golpeteo incesante de martillos y el crujir de la madera bajo el filo de los cinceles. Regresar al astillero fue como viajar en el tiempo. El lugar parecía detenido en un letargo forzado, enmudecido desde 2008, cuando una prohibición estatal impidió la construcción de barcos fuera de Buenaventura por razones de seguridad nacional. Desde entonces, quedaron atrás los días en que el golpe seco del mazo contra la madera y el crujido de las embarcaciones naciendo bajo las manos encallecidas de los carpinteros navales llenaban de vida este rincón del Pacífico. El astillero es una estructura sencilla hecha con puntales de madera y techo de zinc que protege al barco en construcción. Caminamos entre sus costillas de madera y repasamos con la mirada los tablones que mantendrán a flote una nave capaz de desafiar al océano. Lucho nos habló con nostalgia: en sus mentes estaban los planos y el conocimiento ancestral para dar forma a cada pieza, para que la quilla encajara y se convirtiera en la columna vertebral del barco. Pero, a su alrededor, el silencio del astillero habla de un futuro incierto: los jóvenes ya no se quedaban en la playa, la madera cedió paso a la fibra de vidrio y al metal, y con ello, los barcos de linaje artesanal navegaban rumbo a la extinción. Foto: Asociación Calidris / Luis Fernando Castillo El sol desciende en el horizonte cuando nos alejamos del astillero. En la brisa aún flota el olor de la madera recién cortada. Tal vez sea la última vez que lo sintamos así, tal vez no haya un próximo barco. Tal vez, cuando regresemos, solo quede la playa, el rumor del mar y la memoria de las embarcaciones que un día nacieron en este rincón de nuestro Pacífico. “Esto no es solo un oficio”, dice Lucho. “Es nuestra forma de ser, de vivir el mar”. El barco que permanecía inmóvil en el astillero era más que una nave: era un testimonio de resistencia, un último intento por desafiar el olvido. Pero, ¿quién tomará el mazo cuando las manos de estos hombres ya no puedan sostenerlo?   Escrito por: Luis Fernando Castillo Director  Asociación Calidris calidris@calidris.org.co

A ritmo de marea contamos las aves playeras del Pacífico colombiano

¿Cómo saber cuántas aves playeras frecuentan el Pacífico colombiano? ¿Hay menos ahora? Esta es la historia de cómo contamos a esas incansables viajeras que ocupan las orillas del mar y de los humedales en esta región mágica. Egretta thula. Foto: Asociación Calidris / Fernando Castillo. La costa pacífica de Colombia, ubicada en el corazón del Chocó biogeográfico, es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta. Paradójicamente, su escaso desarrollo en infraestructura vial y urbana ha permitido que los manglares más altos y frondosos sobrevivan, acompañando el vaivén de la marea como silenciosos guardianes.   En medio de estos paisajes realizamos los conteos de estas aves que ocupan las orillas o playas de los humedales, de ahí viene el nombre de aves playeras aves playeras. Prepararse para adentrarse en estos entornos no es tarea fácil. Llegar a rincones remotos, ya sea por vía aérea o marítima, implica planificar hasta el último detalle. Lo que no llevemos será difícil de conseguir.   Nuestros planes siempre incluyen pedir posada a las familias locales y abastecernos en ciudades como Buenaventura, Cali o Guapi. Es vital coordinar el transporte, asegurar la disponibilidad de combustible y, por supuesto, conocer los horarios de marea. En el Pacífico colombiano, la marea puede subir hasta cuatro metros, transformando radicalmente el paisaje y nuestras posibilidades de acceso.   Como buenos biólogos y ornitólogos, no olvidamos nuestros equipos ópticos, bitácoras de campo, rapidógrafos o lápices, GPS, ropa para el sol y la lluvia, agua, medicamentos personales e insumos de primeros auxilios. Todo cuidadosamente empacado en bolsas plásticas y cajas secas para evitar que se mojen en la lancha. Fotos: Asociación Calidris Una vez todo está todo planeado, empacado y acordado, emprendemos el viaje. Llegamos un día antes de empezar las jornadas, para alcanzar a desempacar, adaptarnos y estar listos al amanecer. Desde Cali tomamos un avión con destino al municipio de Guapi (viaje corto) o un carro hasta Buenaventura, y de allí una embarcación que nos lleva entre manglares, esteros o mar abierto hasta nuestro destino final en costa del departamento de Nariño (viaje largo).   Al día siguiente, antes de que el sol asome, comenzamos los conteos. Cuando la marea está alta, las aves se agrupan a descansar en pequeñas porciones de playa, creando un espectáculo de cientos, a veces miles, de individuos. Al bajar la marea, se dispersan por los lodos, buscando alimento.   La marea determina nuestros pasos tanto como los de las aves. Si queremos registrarlas agrupadas en sus sitios de descanso, salimos con marea alta. Pero si el objetivo es observarlas alimentándose, como en el Proyecto de Aves Playeras Migratorias, esperamos que la marea esté bajando o subiendo. En ocasiones, si la marea está demasiado baja, las aves se alejan tanto que apenas podemos verlas, o simplemente no podemos navegar por los esteros. Bandada mixta. Foto: Asociación Calidris / Fernando Castillo El calor también juega un papel importante. Con temperaturas que superan los 30 grados, la mejor hora para trabajar es temprano en la mañana. A pesar de los años de experiencia, madrugar sigue siendo un reto para algunos de nosotros.   Ya en el sitio, organizamos el equipo y montamos un toldo para protegernos del sol. Los conteos se hacen en pareja: uno observa con el telescopio o binoculares, mientras el otro anota.  La técnica de conteo es sencilla pero precisa: usamos el telescopio o los binoculares como un campo cerrado de visión y dictamos la especie y el número de individuos. “23 Calidris mauri, 7 Calidris pusilla, 2 Numenius phaeopus…” Así, durante minutos que a veces se sienten eternos bajo el sol.   Para las especies más abundantes usamos contadores manuales. Es curioso cómo el ojo identifica el ave y el dedo pulsa el contador casi sin pensar, mientras seguimos dictando otras especies. Foto: Asociación Calidris Foto: Asociación Calidris En medio del trabajo, hay tiempo para pequeños placeres: un sorbo de café y un pan mantequilla de la Panadería Las Cuero, de Guapi. A eso de las 8 am, el desayuno es sagrado. Las delicias preparadas por las mujeres del Pacífico son una fiesta para el alma: “tapao de pescado”, arroz con coco, huevo revuelto…    Este momento ocurre en algún recodo del estuario, mecidos por el movimiento de la lancha al ritmo de las olas y el viento, lejos del manglar para evitar que nos molesten los insectos más incomodos, los jejenes. A lo lejos, el canto de las aves y las voces de pescadores y piagueras acompañan nuestra pausa.   Al final del día, regresamos al pueblo. Un almuerzo con mariscos frescos y arroz con coco, aliñados con productos de las azoteas nos espera. Luego limpiamos los equipos, eliminamos el salitre con agua dulce y revisamos los datos. Consultamos guías de campo, compartimos fotos con colegas y, a veces, mapeamos nuestras rutas con GPS, maravillándonos de todo lo recorrido. Entonces caemos en cuenta del porqué, el cansancio y la sensación de seguir embarcados se mantiene.  Cada jornada es similar en rutina, pero nunca en resultados. Tres o cuatro días embarcados, bajo el sol o la lluvia, conscientes de los afortunados que somos de estar ahí, compartiendo historias y paisajes que cambian cada seis horas. Así, ya son cerca de 13 años repitiendo 2 ó 3 veces al año, estas mismas salidas.    Entonces llega el momento de regresar a casa. Por lo general, hay más calma en el mar y en nosotros mismos. La satisfacción es inmensa, aunque no siempre sepamos exactamente por qué. Quizá por completar las jornadas sin contratiempos, por la buena compañía o por el simple hecho de haber estado allí.   Contentos porque los datos que recogimos son útiles y han permitido a lo largo de estos años entender cómo va nuestra costa Pacífica, cuál es nuestra responsabilidad en su cuidado y con el compromiso renovado de poner todo nuestro interés, capacidades y conocimientos en su cuidado.      Escrito por: Diana Eusse Investigadora asociada Asociación Calidris deusse@calidris.org.co

Balance 2024: 33 años tejiendo esperanza por las aves, con la gente

Se acerca el final del año, y con él llega ese instante inevitable en el que pausamos nuestras actividades para reflexionar sobre el camino recorrido. Cada paso, cada logro y cada desafío vivido durante estos meses nos invita a hacer un balance lleno de gratitud y satisfacción. Reunión la de los socios BirdLife en las Américas Se acerca el final del año, y con él llega ese instante inevitable en el que pausamos nuestras actividades para reflexionar sobre el camino recorrido. Cada paso, cada logro y cada desafío vivido durante estos meses nos invita a hacer un balance lleno de gratitud y satisfacción.   Este 2024 ha sido un año que reafirma nuestra misión como guardianes de la biodiversidad, recordándonos que nuestro propósito trasciende fronteras y nos conecta profundamente con las aves, sus hábitats y las comunidades que dan vida a esta causa. Con inmensa alegría celebramos 33 años como organización de la sociedad civil, construyendo un legado de conservación que no solo se enfoca en la riqueza natural, sino que inspira a otras organizaciones y personas a seguir soñando y actuando.   En este sentido, resaltamos la declaración de la primera área protegida bajo el proyecto Conserva Aves Colombia, un esfuerzo internacional que se hizo realidad gracias al compromiso colectivo y que nos confirma como pioneros en la protección de la vida silvestre. Además, en los Llanos Orientales, hemos continuado destacando la majestuosidad de esta región, trabajando junto a sus habitantes para que sus medios de vida, tan profundamente ligados a la tierra, sigan siendo la base de la conservación de este paisaje único. Los Andes colombianos nos regalaron nuevas oportunidades para fortalecer nuestra labor con la llegada de fondos que impulsaron la conservación de la Reinita de Canadá en la Cordillera Occidental del Valle del Cauca. Este esfuerzo ha permitido consolidar comunidades y procesos que no solo cuidan de esta migratoria, sino también del equilibrio de los ecosistemas que nos sostienen. Asimismo, el Proyecto de monitoreo de aves playeras o MSP, que cumplió 12 años de actividades en la costa Pacífica de América, continúa siendo un ejemplo de colaboración, conectando a más de 15 organizaciones de 13 países y mostrándonos cómo trabajar en red puede transformar nuestra región.   El 2024 también nos trajo momentos que quedarán grabados en nuestra memoria colectiva. Por primera vez en Colombia, acogimos con orgullo la reunión de los socios BirdLife en las Américas, una celebración de unidad y compromiso que sentimos como un sueño hecho realidad. A ello se sumó nuestra participación activa en la COP16 en Cali, donde como anfitriones apoyamos el accionar de toda la delación que tomó parte de este espacio de decisión global. https://www.youtube.com/watch?v=MpqQ_9Ql2vc Como si fuera poco, en octubre también celebramos además los 10 años del Censo Urbano de Aves de Cali, así como el reconocimiento de nuestra ciudad como “Ciudad de Aves”, y seguimos tejiendo redes de conservación en la Amazonía, el Caribe colombiano y con el sector cañicultor del Valle del Cauca.   Nada de esto habría sido posible sin las manos y los corazones que nos acompañan: nuestro equipo técnico, las comunidades locales, los donantes, las organizaciones aliadas y las entidades gubernamentales que han creído en nosotros. A todos, gracias por caminar a nuestro lado, por compartir este sueño y por recordarnos que juntos podemos construir un mundo donde las aves y las personas encuentren un refugio común. Que este cierre de año sea una invitación a seguir volando alto, con esperanza y determinación, por las aves, con la gente.   Para más información: Luis Fernando Castillo Director Asociación Calidris calidris@calidris.org.co

La bandada BirdLife Américas se reencuentra, esta vez en Colombia 

Por primera vez en Colombia, representantes de 24 organizaciones de 21 países de las Américas, socios de BirdLife Internacional, se reunieron en Guadalajara de Buga, Valle del Cauca, para fomentar el diálogo y la colaboración entre las organizaciones aliadas por la conservación de las aves de la región (Norte, Centro y Sur de América).  Reunión de Socios de BirdLife Américas en Guadalajara de Buga Guadalajara de Buga, Colombia. Del 18 al 20 de octubre de 2024, socios y aliados de la red de BirdLife en América se reencontraron en el Valle del Cauca para mantener, fortalecer y proyectar los procesos de conservación de aves en las Américas (norte, centro y sur).    El encuentro de socios fortaleció las capacidades en temas de incidencia política, contribuciones a las estrategias globales y nacionales, manejo del fuego y creación de áreas protegidas lo cual redundara en la conservación de las aves y sus ecosistemas. También se resaltó el impacto de las políticas públicas y el rol de las comunidades locales y los gobiernos en la promoción de acciones de conservación a nivel regional y global.   La Reunión de Socios de las Américas de BirdLife fue un paso fundamental para mantener la red continental más fuerte y efectiva, comprometida con la protección de la biodiversidad y la lucha contra las amenazas que enfrentan las aves y los ecosistemas de las Américas. Se espera haber aportado al fortalecimiento de la alianza regional, a la consolidación de estrategias conjuntas de conservación y a identificar avances y necesidades para la implementación del Plan de Acción Regional.    “Desde la Asociación Calidris, socia de BirdLife en Colombia, se espera transmitir la importancia de la colaboración transnacional y local para la protección de aves y su entorno natural. Buscamos que este evento genere un sentido de urgencia y compromiso hacia la implementación de acciones concretas y favorables para estas especies en la región”, explicó Luis Fernando Castillo, director de la Asociación Calidris.  Los participantes visitaron áreas clave para la conservación de las aves, como la Laguna de Sonso. En esta oportunidad, se resaltó la riqueza en biodiversidad de aves presente en el país, y de manera más precisa, la importancia ecológica del municipio de Guadalajara de Buga (Valle del Cauca). Su ubicación estratégica en el Valle Geográfico del río Cauca, su relación con las cordilleras Central y Occidental y su cercanía a los humedales que ofrecen un sinnúmero de corredores biológicos vitales para las aves y las personas. Además, los habitantes de la ciudad cuentan con una sólida tradición en el liderazgo de movimientos para la conservación de la naturaleza y es un referente para proyectos de desarrollo sostenible.     Por esta razón, se aprovechó esta oportunidad para que los participantes visiten sitios de gran importancia para la conservación de aves. En este caso serán cuatro sitios seleccionados por su relevancia y representatividad ecológica y su papel en la protección de especies claves en el Valle del Cauca: el Distrito de Manejo integrado Laguna de Sonso; el Área Protegida Pública Regional Alto Calima, el Ecohotel El Diamante y Providencia Parque Ecológico.     La Asociación Calidris es una organización de la sociedad civil, que, a lo largo de más de 30 años, se ha enfocado en contribuir a la conservación de las aves y sus hábitats en Colombia y en las Américas. Es socia de BirdLife en Colombia desde 2017 y ha desempeñado un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad del país, su rol como anfitrión de este evento refleja su compromiso con la misión de BirdLife y con los planes y estrategias nacionales, de asegurar un futuro en el que las personas y la naturaleza puedan coexistir en armonía.      Para más información:    Luis Fernando Castillo Asociación Calidris calidris@calidris.org.co  

Monitoreo comunitario de aves acuáticas y turismo regenerativo en las playas de El Bajito Sanador y Bocagrande en Tumaco – Nariño 

La Asociación Calidris y el programa Destino Naturaleza de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés) llevaremos a cabo en el proyecto “Aves acuáticas y perturbaciones humanas en las playas de El Bajito Sanador y Bocagrande en Tumaco – Nariño: Una propuesta de turismo regenerativo y monitoreo participativo comunitario”. Santiago de Cali, Colombia. Esta iniciativa tiene como objetivo diseñar e implementar participativamente un programa piloto de monitoreo de aves acuáticas residentes y migratorias en sitios con potencial para ofertar el turismo regenerativo en Tumaco Nariño.  Para ello, conformaremos una comunidad de ciencia participativa integrada por actores locales o personas de las comunidades locales, interesadas en procesos de conservación, turismo y cultura. Una vez que se haya establecido, se diseñará un programa de monitoreo de aves acuáticas y perturbaciones en hábitats de importancia para estas especies.    Foto: Asociación Calidris. Playa de Bocagrande, Tumaco – Nariño Con esta iniciativa se espera, además, aumentar el conocimiento sobre uno de los atractivos turísticos más relevantes de nuestro país: las aves, generando así, un mayor sentido de apropiación local, lo que aportará a la identificación de las posibles perturbaciones asociadas a esa actividad en las playas de El Bajito y Bocagrande.      “La Perla del Pacífico”, como también es conocida la ciudad de Tumaco, es el segundo puerto colombiano por importancia después de Buenaventura, y el más cercano a la frontera con Ecuador. Se caracteriza por su gran diversidad sociocultural y riqueza biológica. Sus playas son su principal atractivo y, por tanto, ahí se concentra gran parte de la oferta hotelera del departamento.  A su vez, cuenta con servicios turísticos tales como recorridos por los esteros y bosques costeros, observación de aves y ballenas, entre otros.    Foto: Asociación Calidris / Dina Luz Estúpiñan. (Tringa semipalmata) Estos ecosistemas son ideales para aves migratorias, por lo cual, son reconocidos como un área importante para las aves playeras. Existen registros históricos de más de 3 mil aves playeras en sus hábitats costeros, por lo que el Plan de Conservación para Aves Playeras en Colombia le ha otorgado la categoría de importancia local. Además, datos recientes del Censo Neotropical de Aves Acuáticas, sugieren que el área podría ser de importancia para el chorlito piquigrueso (Anarhynchus wilsonia), el zarapito común (Numenius phaeopus) y piloto (Tringa semipalmata).     “Conocer la avifauna presente en el área del proyecto y monitorearla en el tiempo, mediante una estrategia de monitoreo participativo cocreada con múltiples actores, permitirá consolidar información clave para determinar cómo hacer un uso sostenible de ella y medir su impacto sobre los diferentes servicios ecosistémicos”, explicó Dina Luz Estupiñán, de la Asociación Calidris.    Para más información: Dina Luz EstúpiñanInvestigadoraAsociación Calidrisdina.estupinan@calidris.org.co

Las aves playeras y la gestión de los territorios, una mirada desde las comunidades locales 

Las aves playeras son una comunidad diversa, algunas son migratorias de larga distancia y conectan países, regiones, ecosistemas y culturas. Bandada mixta / Asociación Calidris Santiago de Cali, Colombia. En el Pacífico colombiano, las aves playeras hacen parte de la cotidianidad de las comunidades humanas, son compañeras de pescadores y de mujeres piangüeras o concheras en sus largas jornadas de trabajo. Hacen parte de las historias de los sabedores y de los antiguos, están presentes en los palabreos familiares y en las celebraciones comunitarias. Su presencia es muy significativa, contribuyen al equilibrio ecológico del suelo y al mantenimiento de la productividad de los manglares, lo que a su vez favorece la disponibilidad de recursos marinos vitales para la economía local.     Estas aves, conocidas localmente como chorlos, playeros, chirlitas, chorlitos, cachimbudas o abuelitas, son abundantes, pertenecen al orden Charadriiformes y se encuentran en una variedad de hábitats en la costa del Pacífico colombiano, incluyendo playas arenosas, manglares, costas rocosas y planos lodosos intermareales. Por ello, las aves playeras, son consideradas centinelas de los cambios ambientales, pues nos ayudan a comprender la salud de los ecosistemas y, por lo tanto, son aliadas importantes para la conservación los ecosistemas marinos.    Sin embargo, cada día enfrentan nuevos desafíos para encontrar espacios con suficiente alimento para abastecer sus requerimientos energéticos, lo que incluye migrar largas distancias a lo largo del continente americano. En este sentido, el cambio climático, que afecta globalmente la temperatura de los mares y el aire, modifica los ecosistemas y pone en riesgo el ciclo vital de estas aves.  De igual manera, a nivel local, los residuos sólidos, el incremento del turismo no ordenado, la transformación del paisaje y el poco manejo de mascotas como perros y gatos, son amenazas que disminuyen la sobrevivencia de las aves playeras.    Dada la importancia de las aves playeras y considerando estos desafíos, en el marco de la “Iniciativa de conservación de aves playeras en el Pacífico colombiano” de la Asociación Calidris, establecimos una alianza con el Sistema Regional de Áreas Protegidas – SIRAP PACÍFICO para promover acuerdos, construir y divulgar conocimiento y aportar a las líneas de acción del SIRAP PACÍFICO, al Plan de Conservación para las Aves Playeras en Colombia y a la Iniciativa  de Conservación de las Aves Playeras de la Ruta Migratoria del Pacífico de las Américas.    Asociación Calidris Asociación Calidris En esta alianza, buscamos escuchar la voz de las comunidades locales y sus representantes; conocer de primera mano los elementos bioculturales que los representan y cómo aportan al bienestar de sus comunidades, lo que puede contribuir como instrumento para la toma de decisiones sobre sus territorios. Coincidiendo que se conserva viviendo y sintiendo el territorio, construyendo acuerdos y dándole lugar a todos los elementos de la naturaleza.      Para ello, nos reunimos en los Encuentros de Consejos Comunitarios de Comunidades Negras del Pacífico colombiano, “Voces del territorio”, donde nos encontrarnos con líderes de 17 Consejos Comunitarios de comunidades negras de Valle del Cauca, Cauca y Nariño, entre junio a agosto de 2023.  Además, realzar la importancia de integrar tanto el conocimiento local, la gestión de las instituciones gubernamentales (Corporaciones Autónomas Regionales, Parques Nacionales Naturales) la experiencia de las ONG, Institutos de Investigación y otros aliados de la conservación, que hacen parte de SIRAP Pacífico.       Estos encuentros también nos permitieron compartir conocimiento sobre las aves playeras, demostrando que su presencia nos une en diferentes territorios y ecosistemas, e integrar el conocimiento local y cómo se relacionan con ellas.  Así mismo, escuchamos historias y leyendas de tiempos inmemoriales y hasta los más recientes, pudimos reconocer estos encuentros como espacios neutrales donde los vecinos se conocieron y se estrecharon las manos en favor de la conservación.      Las voces del territorio    Para consolidar todos los resultados se publicaron dos cartillas: Únete a la bandada, recomendaciones para la gestión y conservación de los territorios a través de las aves playeras, la cual proporciona recomendaciones, presenta información estratégica y comparte recursos que apoyan la toma de decisiones para la conservación de los ecosistemas en los territorios costeros por parte de gobiernos, comunidades, instituciones, gestores, educadores e investigadores.     La cartilla incluye aspectos sobre los hábitats de las aves playeras, estrategias de conservación nacional y hemisféricas, ejercicios para registrar aves playeras, directorios de conservación, evaluación y mitigación de amenazas en ecosistemas de costeros y herramientas educativas.  Usamos materiales ya publicados de organizaciones que trabajamos con aves en Colombia y de la Red Hemisférica de Aves Playera (RHRAP/WHSRN).    Asociación Calidris La segunda cartilla, Voces del territorio, presenta los resultados de los encuentros con Consejos Comunitarios de Comunidades Negras del Pacífico colombiano, cuenta historias relatadas por sus líderes y resume aspectos generales de la importancia de las aves playeras y sus hábitats para estas comunidades. Estas dos cartillas tienen documentos que pueden descargarse con un código QR en su celular o con clic.     Para fortalecer el tema de educación, hicimos una reimpresión de la Cartilla Maurita La Playerita, una historia sobre la ruta migratoria de aves playeras del Pacífico americano. Por último, actualizamos la Guía de aves de la costa Pacífica colombiana, que recopila las aves más comunes para la región y es una herramienta para la identificación de estas durante avistamientos o caracterizaciones de avifauna o monitoreos. La guía es una adaptación de la publicación Aves del Complejo Iscuandé-Sanquianga-Gorgona. Estos materiales son herramientas para identificar e implementar acciones de conservación en las comunidades costeras y apoyar la toma de decisiones donde las aves playeras pueden ser aliadas estratégicas.     Queremos agradecer a los Consejos Comunitarios de Comunidades Negras que participaron en los talleres. En el Valle del Cauca: Puerto España y Miramar, La Barra, Punta Soldado y Río Naya. En Cauca: Negros en Acción, Negros Unidos, El Cuerval, Guapi Abajo y Chanzará. En Nariño: Esfuerzo Pescador, Playas unidas, Punta Mulatos, ACAPA, Las Varas, Unión Del Río Rosario, Tablón Salado, Bajo Mira y Frontera.      También agradecemos a Parques Nacionales Naturales: PNN Uramba Bahía Málaga, PNN Sanquianga y DNMI Cabo Manglares Bajo Mira y Frontera. A las Corporaciones… Seguir leyendo Las aves playeras y la gestión de los territorios, una mirada desde las comunidades locales 

Décimo Festival de Aves Migratorias del Caribe colombiano

Este evento, llevado a cabo entre noviembrede 2023 y mayo de 2024, tuvo como tema central el “Agua vital para las aves”. Bolívar y Atlántico fueron los escenarios donde a través de talleres, ejercicios de observación de aves y la creación colectiva de un mural, entre otras actividades, se resaltó la importancia de las aves migratorias para la conservación de los territorios. En esta versión, el Chorlo gris (Pluvialis squatarola) fue la especie emblemática que se destacó. Conozca más en el siguiente video

Nuestra cita anual con las aves migratorias en el oriente colombiano

Al llegar mayo, debemos dar un hasta luego a varias especies de aves migratorias neotropicales que visitan los Llanos y la Amazonia colombiana El clima en la época seca de 2024 en los Llanos, fue particularmente atípico pues se presentaron varias lluvias fuertes que coincidieron con nuestras visitas al sitio RHRAP Sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad, en el departamento de Casanare (Colombia).   Un ave limícola migratoria, el playero canelo (Calidris subruficollis) no faltó a la cita anual de recorrer el sitio RHRAP (Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras), en su viaje de regreso a Norteamérica, entre marzo y abril, después de haber permanecido varias semanas al sur de Suramérica. Foto: Asociación Calidris En nuestras jornadas de campo de este año, estuvimos acompañados por varios llaneros que participan en el Programa de Seguimiento de las Aves Limícolas de las Sabanas Inundables del Casanare. Ellos, no solo comparten sus registros del playero canelo en sus propiedades, sino que varios de ellos nos acompañan el trabajo de campo que involucra, tanto conteos de individuos, como la descripción de los hábitats usados por la especie.   En la Asociación Calidris estamos muy agradecidos de contar con el apoyo y la participación de los habitantes del sitio RHRAP y de las AICA ubicadas en el Casanare. Nuestra intención de conocer más sobre las aves limícolas que visitan el oriente del país, incluye el departamento de Guaviare, donde desde 2023 hemos avanzado en detectar la presencia y uso de aves limícolas migratorias y residentes en humedales, sabanas y orillas de los ríos. Foto: Wilmer Ramírez Foto: Wilmer Ramírez Como resultados preliminares hemos encontrado nueva evidencia de reproducción de varias especies de aves limícolas en Guaviare, tales como el chorlito collarejo (Charadrius collaris) y el alcaravancito (Vanellus cayanus), así como también, algunos registros de especies limícolas que habitualmente no están en el interior del país, y que daremos a conocer a través de un manuscrito científico y en un próximo evento académico. En cuanto a los Llanos, los datos del uso del hábitat del playero canelo y otras limícolas también resultan muy interesantes, pero resta mucho por analizar.   Nuestro esfuerzo por estudiar las aves limícolas en el oriente del país ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Bobolink, el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS), el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS), Manomet, así como investigadores, voluntarios, propietarios de predios ganaderos, entre otros.   Foto: Asociación Calidris Una mención especial para Wilmer Ramírez, Víctor Salazar, Francisco Sandoval, Polo Arenas, Genri Parada, Luis Eduardo Arenas, Yaniré Arizmendi y Libia Arizmendi por su colaboración e interés en el playero canelo y otras aves limícolas.   Para mayor información:   Yanira Cifuentes Coordinadora Nacional Censo Neotropical de Aves Acuáticas (CNAA) Programa AiCA – Colombia Asociación Calidris ycifuentes@calidris.org.co Carlos Ruíz Guerra Coordinador de Proyectos de las Sabanas de Colombia Asociación Calidris cruiz@calidris.org.co

Censo Neotropical de Aves Acuáticas- CNAA 2024 

Celebramos los humedales y el bienestar humano  Santiago de Cali, Colombia. En febrero realizamos el Censo Neotropical de Aves Acuáticas-CNAA en diferentes zonas del Valle Geográfico del río Cauca (VGRC). Las jornadas Iniciaron desde las 6:00 am, siguiendo las rutas establecidas previamente lo que nos permitió comparar los cambios que se presentan en los humedales e identificar cómo estos cambios afectan a las aves acuáticas a lo largo del tiempo. La identificación se realizó con binoculares, cámaras y guías de campo, manteniendo una distancia prudente para no perturbar las aves.     Así, entre el 3 al 18 de febrero, visitamos trece humedales distribuidos en la zona centro del VGRC, que comprende los humedales asociados al Complejo de la Laguna de Sonso, como ciénagas y madreviejas; la zona sur que recorre madreviejas y arrozales de Jamundí; la zona oriente que incluye el Centro Internacional de Agricultura Tropical-CIAT con lagunas y cultivos de arroz considerados sitios importantes para gran variedad de aves acuáticas y de bosque seco. Finalmente, también visitamos el Ecoparque Lago de las Garzas, un humedal urbano al sur de la ciudad de Cali.   En total, contamos 3160 individuos de aves acuáticas y 51 especies pertenecientes a 20 familias. Lo anterior, se logró gracias a la participación de 26 personas entre biólogos, docentes, estudiantes, fotógrafos y apasionados de las aves.  Este ejercicio de ciencia participativa permite identificar tanto abundancia, riqueza, familias, como también frecuencia y amenazas a las que se enfrentan las aves acuáticas, además de localidades con mayor registro; y, sitios y especies de interés.    El Censo Neotropical de Aves Acuáticas – CNAA, busca recopilar información sobre las poblaciones de aves acuáticas presentes en los humedales del valle geográfico del río Cauca. En febrero celebramos el mes de los humedales y nos reunimos para contar las aves acuáticas que habitan estos ecosistemas. Este año el lema para celebrar es “Los humedales y el bienestar humano”, una invitación a reconectar con ese vínculo entre el agua y la vida, en todas sus formas.      Para mayor información:Dina Luz EstupiñánBióloga / Investigadora AsociadaAsociación CalidrisCNAAcuaticasCOL@calidris.org.co