Corren tiempo inciertos, situaciones que ninguno de nosotros hubiera imaginado cuando nos dábamos el saludo de Navidad en diciembre pasado y que nos han llevado a pensar más de lo habitual en nuestros colegas, amigos y por supuesto, en la familia. Aunque llevamos tres meses en un “carrusel” de sensaciones al que aún no nos acostumbramos, por lo que todos seguimos ansiosos debido a los constantes cambios que los días y las semanas nos traen. En todo caso, es claro que lo principal y más importante ha sido y será la salud y la seguridad de todas las personas que queremos, de nuestros compañeros de trabajo y la de los aliados que hacen posible nuestro accionar. Esta emergencia sanitaria y social nos ha llevado a tomar diversas medidas, en principio hicimos lo básico, lo obvio, pero no por ello menos importante para ayudar a detener la propagación del virus, desde el 12 de marzo cerramos nuestra oficina, suspendimos todos los viajes y actividades programadas en zonas rurales, eventos y reuniones presenciales están postergadas por ahora y hasta nueva orden. Al tiempo hemos intensificado nuestra actividad virtual a través de reuniones remotas que han permitido mantener de alguna forma las actividades de los proyectos; hemos colaborado con Autoridades Ambientales, con la Policía de Turismo y otras Organizaciones que nos han buscado para solicitar apoyo y orientación en eventos virtuales que se han organizado, espacios que durante los últimos meses han incrementado y en lo que participamos tanto a nivel local, nacional e internacional. Una de las iniciativas de la cual somos promotores es la idea “Pajareando desde mi ventana” desde el inicio de la cuarentena se empezó a proponer y acercó a muchas personas a realizar su primer avistamiento de aves desde su casa, lo que nos ha permitido conectarnos con nuevos interesados en el tema. Pero creemos que lo más valioso ha sido encontrar abrir una ventana de esparcimiento, aprendizaje y quizás ha servido como válvula de escape, con la esperanza de proporcionar una sensación de resistencia y tal vez incluso un poco de inspiración. De otro lado y ya en lo operativo de nuestra organización, hemos logrado mantener nuestro equipo técnico, incluso el personal de campo que apoya las actividades de monitoreo en el marco del Acuerdo de Conservación del manglar en Iscuandé (Pacifico colombiano). Algunos miembros de nuestro equipo administrativo retomaron actividades de oficina una vez efectuamos las adecuaciones y definimos los protocolos de bioseguridad para garantizar su salud, esto con el fin de dar continuidad a los compromisos fiscales y administrativos que tenemos como organización. También hemos estado atentos para ayudar a las comunidades asentadas en áreas en las que trabajamos, enfocando acciones y uniendo esfuerzos con aliados como Conservación Internacional y Parques Nacionales para llegar hasta algunas comunidades de la costa Pacífica y Caribe, para entregar elementos de bioseguridad, así como mercados o recursos para la adquisición de víveres que sirvieran para mitigar un poco la difícil situación que se vive en estas apartadas localidades. Sin duda, todos enfrentamos una larga y desafiante lista de incógnitas acerca de cómo será el futuro y cómo seguiremos adelante con actividades, proyectos y en general, con nuestro accionar y sobre cuál serán las cosas en el mundo post pandemia. Por ahora en panorama se torna incierto y quizás hasta pesimista, pero estoy seguro que el trabajo en equipo y el liderazgo que ha caracterizado a nuestra organización será fundamental para tomar las decisiones adecuadas y adaptarnos a lo que muchos se aventuran a llamar ya “la nueva normalidad”. Otro rayo de esperanza que vemos en el horizonte es que muchas personas confinadas en nuestros hogares, pueden finalmente tener el tiempo que necesitan para pensar en la naturaleza. Si bien debemos retornar en algún momento al campo, esto se hará cuando existan las condiciones para hacerlo y bajo protocolos estrictos para garantizar el bienestar de las personas y de la naturaleza. Tenemos ahora las enseñanzas que nos ha dejado la experiencia del trabajo virtual, algo en lo que seguramente nos estaremos apoyando en el futuro para llevar a cabo muchas actividades que hasta antes de esta crisis, seguramente las veíamos como utópicas realizar satisfactoriamente. La historia nos puso en este momento cumbre, aquí estamos y seguiremos en la lucha por la conservación de la naturaleza, contamos con todos nuestros amigos y aliados para pasar este punto de inflexión crucial para el planeta. Gracias por ayudar a hacer posible el trabajo de Calidris. Por: Luis Fernando Castillo Director Ejecutivo
Calidris en tiempos de Coronavirus
