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En la COP16, las aves nos permiten medirle el pulso al Planeta

En la COP16 (Conferencia de las Partes) del Convenio de Diversidad Biológica de la Organización de las Naciones Unidas se lleva a cabo cada dos años, y es una de las instancias más importantes a nivel internacional para la toma de decisiones políticas para enfrentar la crisis por la pérdida de biodiversidad en el mundo. Atrapamoscas (Pyrocephalus rubinus) En esta conferencia se espera que representantes de más de 190 países discutan aspectos sobre la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el reparto equitativo de los benéficos que esta genera. Será también el momento de evaluar los avances alcanzados en los últimos dos años, luego del acuerdo global firmado en Montreal en 2022.     De igual forma, se espera que los países presenten la actualización de sus Estrategias y Planes de Acción sobre Biodiversidad, que son el principal instrumento de implementación del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) a nivel local.    En este escenario de mediciones, evaluaciones y decisiones, mirar hacia las aves podrá ser clave: no sólo por ser un componente importante de la biodiversidad, sino que, es carismático, cercano, bien estudiado y moviliza a millones de personas en todo el mundo. Por si fuera poco, puede ser uno de los indicadores que necesitamos para inferir cómo estamos conservando sus ecosistemas.   Aunque no exista un indicador perfecto, las aves son muy conocidas y están en todo el mundo, sus tendencias de población, con frecuencia, reflejan las de otros taxones, y responden ante los cambios del entorno. Esto las convierte en buenas candidatas a indicadores sobre el estado de los ecosistemas y de la fauna flora que los habita.     De esta forma, cotejando y analizando datos sobre las aves, no solo entendemos su estado, sino que también obtenemos una información inigualable sobre la salud del mundo natural en su conjunto. En definitiva, las aves actúan como barómetros de la salud planetaria, y nos permiten «tomarle el pulso» al planeta.   La COP16, evento histórico para nuestra ciudad, será la oportunidad de recibir en casa a organizaciones socias y amigas con las que trabajamos, además de conectar con nuevos aliados en la búsqueda de la conservación de nuestra biodiversidad.    Garza patiamarilla (Egretta thula) Guaco (Nycticorax nycticorax) Desde la Asociación Calidris trabajamos con otras organizaciones de la Sociedad Civil en la construcción de una agenda colectiva que permita acercar a las personas con este espacio de decisión sobre nuestra biodiversidad.      La idea no es solo “mostrar” lo que se está haciendo en la región, sino también, las alianzas y esfuerzos que desde hace un buen tiempo se vienen tejiendo, extendiendo, además, la invitación a que se sumen, ya que la COP 16 es solo un momento importante en el tiempo, pero que pasara, en tanto que, para los locales, la lucha debe continuar y trascender.      ¡Por las aves, con la gente!    Para mayor información Luis Fernando Castillo Director Asociación Calidris calidris@calidris.org.co  

Productores en la cordillera Occidental aliados de Cardellina canadensis

Los bosques juegan un papel fundamental para la conservación de la reinita de Canadá (Cardellina canadensis), tanto en su área de reproducción en Norteamérica, como en la de invernada en centro y Suramérica. En Colombia, la especie usa principalmente los bosques andinos, allí se concentra gran cantidad de individuos de esta especie. Esta reinita no usa exclusivamente este hábitat, sino que, debido a la degradación de estos sistemas en más de un 70%, se ha encontrado que usa también cultivos y jardines. Encontramos una oportunidad para aportar a su conservación, a través de la mejora de sistemas productivos empleando dos enfoques complementarios: la implementación de herramientas de manejo del paisaje en áreas productivas (HMP), las cuales corresponden a una serie de arreglos a escala de predio y de paisaje, permitiendo conservar y conectar áreas boscosas adyacentes, fuentes hídricas, o aumentar las coberturas con plantas nativas en áreas de producción. Por otra parte, están las mejores prácticas productivas (MPP), que desarrollan los productores locales, estas prácticas consisten en una serie de acciones que además de favorecer la producción, también aportan a la conservación y buen uso de los recursos naturales como el agua, la tierra y el bosque. Manteniendo la provisión de los servicios ecosistémicos y aportando condiciones adecuadas para las aves y otros organismos silvestres. Cabe señalar que la producción en pequeña escala, promueve la producción libre de agroquímicos lo que permite de manera más práctica la incorporación de los principios de la agroecología o también conocida como prácticas amigables con el medio ambiente, las cuales se han identificado como claves para la conservación de Cardellina canadensis. Es por ello que en esta ocasión el trabajo se enfocará con pequeños productores locales de las áreas rurales de los municipios de Yumbo, Cali y Jamundí, en el Valle del Cauca. La Asociación Calidris con apoyo del Fondo Swarosvski y BirdLife, promovemos la implementación de mejores prácticas productivas, así como el uso de herramientas de manejo del paisaje al tiempo que se intercambia información relevante a cerca de la importancia de conservar áreas boscosas y mejorar las condiciones que ofrecen las áreas productivas como hábitat alternativo para la reinita de Canadá en sus predios. Los beneficios que obtienen los productores al implementar estas prácticas incluyen una mejora de la producción al conservar recursos como el agua y la interacción de diversos organismos claves, los cuales participan de la producción, tales como polinizadores, dispersión de semillas y el control de ciertas plagas. Además, los propietarios pueden promocionar productos saludables y amigables con el medio ambiente, un valor agregado que ofrecen a los consumidores de sus productos. Las HMP que deseamos incorporar de manera concertada con los productores son diversas, y corresponden a aislamientos, enriquecimientos de sistemas productivos, corredores para conectar áreas boscosas, de igual manera, las MPP que esperamos fortalecer están relacionadas con la cosecha de agua lluvia para irrigar cultivos, el compostaje para obtener abonos que reduzcan costos en insumos y la bioseguridad entre otros. Para llevar a cabo esta labor, la Asociación Calidris se ha aliado con la Fundación Ambiental DapaViva, entidad que viene desarrollando un trabajo de varios años en mercados locales de Dapa. Esperamos que estas acciones aporten al cumplimiento del plan de conservación de la reinita de Canadá a través de dos estrategias: impulsar alternativas económicas sostenibles y el manejo sostenible del hábitat. Por: Fernando Ortega Gordillo

Nueva colección de mapas de la Alianza de la Iniciativa de Conservación de las Aves Playeras del Pacífico

Cada año, más de mil millones de aves vuelan de ida y vuelta por la costa del Pacífico americano, un corredor en el cielo que se extiende más de 16.000 kilómetros y conecta el Ártico con la Patagonia. Pero este épico viaje que sobrevuela 14 países se está volviendo más difícil y peligroso para muchas especies de aves. En los últimos 50 años, 35% aves migratorias han muerto intentando cumplir su ciclo vital, y muchas más están en riesgo real de desaparecer. Se están realizando esfuerzos de conservación a lo largo de esta ruta migratoria del Pacífico. La nueva colección de mapas narrativos lanzada por la Iniciativa de Conservación de Aves Playeras del Pacífico proporciona información sobre los esfuerzos internacionales de la Alianza para conservar las aves playeras frente al cambio climático y otras amenazas. Esta Iniciativa es un esfuerzo de colaboración para implementar la conservación de las aves playeras a lo largo de su ciclo de vida anual. La Alianza internacional involucra a numerosos gobiernos federales, nacionales, estatales, provinciales y locales, grupos conservacionistas, universidades e individuos a lo largo del corredor migratorio del Pacífico americano. Estos mapas narrativos muestran cómo los socios están reduciendo las amenazas sobre las aves playeras y la forma como trabajan para cumplir con el objetivo de conservación de la iniciativa, como es el de mantener y restaurar poblaciones saludables de aves playeras focales en el corredor migratorio del Pacífico de las Américas. El documento interactivo presenta mapas narrativos de 28 proyectos asociados, organizados en las siete estrategias de conservación, un panel de métricas que resume los impactos del proyecto y un resumen de sus logros. Invitamos a todas las personas a explorar esta narración con mapas para aprender sobre nuestra asociación y los proyectos que están marcando la diferencia en la conservación de las aves playeras en las Américas. Para obtener más información, comuníquese con: River Gates, Coordinadora de la Iniciativa de Conservación de Aves Playeras del Pacífico, river.gates@audubon.org Enlace a StoryMap Ver StoryMap Enlace al documento de orientación de la asociación: Estrategia de Conservación de las Aves Playeras de la Ruta del Pacífico de las Américas.

Cultivando con buenas prácticas agrícolas, conservamos aves.

El Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA/IBA por sus siglas en inglés) Bosque San Antonio/KM 18 es uno de los lugares con mayor biodiversidad en los Andes Occidentales de Colombia, pero a su vez es un lugar que enfrenta diferentes presiones antropogénicas. Esto reduce las posibilidades de conservar las poblaciones de aves, tanto residentes como migratorias. La reinita de Canadá (Cardellina canadensis) es una de las especies de aves migratorias que se encuentra en este área y sus poblaciones están disminuyendo en todo el continente debido principalmente a la transformación de sus hábitats naturales. Por lo cual, tomar acciones de conservación en algunas áreas es prioritario.   Por esta razón la Asociación Calidris con el apoyo de la Feria Británica (British Birdwatching Fair) y BirdLife Internacional el pasado mes de agosto finalizó el proyecto “Acciones de conservación para la Reinita de Canadá en los Andes Occidentales de Colombia”. Uno de nuestros objetivos era poder trabajar en fincas que tuvieran zonas de cultivos y bosque, ya que la reinita de Canadá es una especie que busca insectos para alimentarse, en los cultivos; en especial de café. Pero muchas veces por el uso de insumos agroquímicos en los cultivos, la reinita de Canadá y otras especies de aves no encuentran alimento en ellos. En nuestro primer acercamiento con los propietarios de los predios ubicados en las veredas de La Cumbre, Valle del Cauca discutimos sobre la importancia de las prácticas agrícolas en la zona para la conservación de la reinita de Canadá, esta especie  no es conocida por todos y al inicio la confundían con otras aves de colores similares, descubrir que tenían en el área un ave migratoria que anualmente los visitaba fue sorprendente. A partir de ese primer acercamiento, se desarrollaron varios talleres en los cuales los propietarios de predios con su amplio conocimiento y experiencias compartieron  sus aprendizajes sobre el desarrollo de cultivos agroforestales, productos orgánicos para aplicar a los mismos y el cuidado de la naturaleza, de la cual nos beneficiamos tanto. Algo muy positivo que nos llamó la atención fue que los propietarios de predios en sus cultivos estaban realizando buenas prácticas agrícolas. Nos contaron que para ellos es muy importante proteger la tierra de sus cultivos, el agua y el bosque, ya que, son conscientes de que se debe proteger los recursos que nos provee la naturaleza.   Adicionalmente, elaboramos el folleto buenas prácticas para la conservación de la biodiversidad, que recoge algunas recomendaciones en la búsqueda de la conservación de la reinita de Canadá y de otras especies nativas de la zona, así como del correcto manejo del suelo y el agua. El proyecto apuntó a brindar aprendizajes en conjunto desde los talleres realizados durante el transcurso de este.   Para nosotros, fue una gran experiencia el trabajar en conjunto con los propietarios de los predios. Creemos que la conservación de la biodiversidad es más exitosa cuando se trabaja de manera colaborativa.   Por: Diana Ramírez

El moriche: palma de vida

Foto del ganso del Orinoco (Oressochen jubatus). Carlos Ruiz-Guerra Al visitar por primera vez las sabanas inundables de los Llanos colombianos, es posible perder la vista en el horizonte, y solo detallar en el paisaje las palmas de moriche (Mauritia flexuosa), las cuales desafían la gravedad y se erigen como los guardianes celosos de la sabana. Esta palma nativa, conocida como moriche, canangucha, aguaje o buriti se encuentra en nuestra Orinoquia y Amazonía.   Los morichales, como se llama a los grupos de palmas de moriche, son refugio de fauna y reservorios de aguas donde diversas formas de vida proliferan, es por ello que también la llaman “la palma de la vida”. En lo que respecta a las aves, el moriche ofrece alimento, sitio de descanso y reproducción para varias especies, entre las que se destaca el vencejo palmero (Tachornis squamata), que siempre ronda los morichales en busca de insectos y se refugia en las hojas de esta palma. Así como este vencejo, atrapamoscas, azulejos, loros, guacamayas y rapaces encuentran en los moriches una gran cantidad de usos. Sin embargo, hay una especie de ave que usa las palmas incluso cuando estas ya no cuentan con hojas y su tronco es hueco, se trata del ganso del Orinoco (Oressochen jubatus), una especie que anida en cavidades de árboles y por ello depende de esta palma en los Llanos.   El moriche es un recurso que valoran los habitantes del Llano, pues son varios los usos que se les puede dar a sus frutos, hojas y tallo en la alimentación y en la construcción de techos y artesanías. No obstante, las palmas de vida, no son ya un elemento del paisaje muy común en muchas zonas de la sabana inundable, de hecho, los casanareños cuentan frecuentemente como han desaparecido morichales en cuestión de décadas. Hoy muchos llaneros que extrañan sus morichales y ven con preocupación cómo algunas de sus tradiciones se esfuman con esta palma. Es por ello que desde 2015, la Asociación Calidris de la mano de la comunidad local del Área Importante para la Conservación y la biodiversidad-AICA Reservas de la vereda Altagracia en Trinidad-Casanare, diseñó de manera conjunta un programa de restauración de morichales. Gracias al ingenio de las familias Arismendi, Parada, Salazar-Duarte y Morales, se establecieron encierros para palmas de moriche en sus predios que evitan que tanto semillas como plántulas sean consumidas por el ganado, picures (Dasyprocta fuliginosa) chigüiros (Hydrochoerus hydrochaeris), venados (Odocoileus virginianus), cerdos silvestres (Sus scrofa), entre otros animales. Encierro de moriche Lagunazo en el AICA Reservas de la vereda Altagracia Gracias al esfuerzo, dedicación y cuidados de las familias de esta AICA, en febrero de 2020 se contabilizaron más de 1000 palmas de más de 2 metros de alto. Los retos de este programa de restauración han sido muchos, algunos astutos roedores nos llevaron a implementar refuerzos periódicos en la malla y alambre para evitar su acceso. El fuego y las extensas temporadas secas, nos llevaron a optar por el riego con bombas hidráulicas solares para aprovechar de forma eficiente el agua en época de sequía. Varios insectos estaban dificultando el crecimiento de las palmas en los encierros, y la alternativa fue hacer control manual de las plantas enfermas y así no afectar el crecimiento de las palmas.   El monitoreo anual de los encierros de moriche son uno de los aspectos clave para el éxito del programa de restauración, y gracias al apoyo de diferentes instituciones se ha podido evaluar año tras año el crecimiento de las palmas de vida. Hoy las familias de esta AICA muestran con orgullo esas palmas que superan la altura de varios de los niños de la vereda y entre sonrisas esperan seguir viendo crecer el moriche que disfrutarán las siguientes generaciones de llaneros.

¿Qué hacen las aves playeras por nosotros?

Desde la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio publicada por las Naciones Unidas en 2005, comenzó hacerse evidente los beneficios que la biodiversidad otorga a la humanidad. Este enfoque nos está permitiendo conectar con las diversas comunidades que se benefician de la presencia de las aves en sus territorios, así seguimos sumando aliados para su conservación y beneficiando a las poblaciones humanas. Si hablamos de aves en general, esta relación nos resulta mucho más sencilla de percibir. Reconocemos la función de los colibríes en la polinización de las plantas o las loras y pavas que dispersan semillas a largas distancias. Sin embargo, cuando tratamos de pensar qué hacen las aves playeras por nosotros, las ideas ya no surgen tan fácilmente. Comenzando porque son un grupo de aves que no todos han visto o reconoce con facilidad.   Las aves playeras son muy abundantes en las costas colombianas por ello, decidimos indagar sobre los servicios ecosistémicos de los ecosistemas asociados a este importante grupo de aves en dos comunidades de la costa del Pacífico; una en el Valle del Cauca, Consejo Comunitario de Comunidades Negras de la Isla de Punta Soldado y otra en Nariño, Consejo Comunitario Esfuerzo Pescador.   Los servicios ecosistémicos son los bienes y servicios de los ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos. Estos pueden ser de cuatro tipos. Servicios culturales: es el capital inmaterial las personas obtienen de los ecosistemas, como el conocimiento, la recreación, las experiencias religiosas o estéticas. Servicios de aprovisionamiento: todos los productos materiales, consumibles, como los alimentos y medicinas, los materiales de construcción, el agua o producción de energía.   Servicios de regulación: beneficios obtenidos de regulación de los ecosistemas, como la purificación del agua y el aire, el control de inundaciones, descomposición de materia.   Servicios de soporte: son los servicios que soportan a los demás: la dispersión de semillas, el ciclaje de nutrientes, la formación del suelo, entre otros. Las comunidades identificaron cerca de 57 beneficios aportados por manglares, bosques inundables, por planos lodosos y playas arenosas. Estos servicios están relacionados con recursos locales, especies de plantas y animales o servicios culturales.   Los resultados muestran que más del 80% de estos servicios que la gente reconoce se relacionan con los servicios de aprovisionamiento y culturales, en menor medida, con servicios de aprovisionamiento y culturales, en menor medida, con servicios de soporte. Los beneficios directos de las aves son menos evidentes en estas dos localidades. En relación a las aves playeras, se identificó un servicio cultural, asociado a la vocalización de estas aves. Cuando la marea empieza a subir y los sitios de alimentación se van inundando, las aves vuelan hacia sus sitios de descanso, y algunas de ellas, como los zarapitos trinadores, lo hacen emitiendo sonidos. Además de ser agradable para los oídos, las personas que están en el manglar colectando pianguas (Anadara tuberculosa), identifican que la marea está subiendo y que es hora de acabar la faena de colecta. Zarapìto trinador (Numenius phaeopus). Foto: Walter Cejas, Argentina. Aunque no es una práctica común, algunas de las personas hablaron del consumo de aves playeras grandes. No obstante, esta no es una práctica común ni representa un alto porcentaje de las necesidades de proteína animal de las comunidades de la región. La mayoría de los beneficios de este grupo son imperceptibles a simple vista. Encontramos las que airean y remueven nutrientes en el suelo con sus patas y picos, aportan materia orgánica transportan nutrientes entre sitios de alimentación, dormidero y reproducción y regulan comunidades bentónicas, entre otros aportes. Sin embargo, aún no tenemos información que nos muestre el valor de estos servicios ecosistémicos para las comunidades de la costa del Pacífico colombiano. En los próximos años queremos enfocar algunos estudios a entender la magnitud del aporte de las aves playeras en términos ecológicos, económicos y sociales. Este proyecto es apoyado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y la Oficina Ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras. Además hace parte de una iniciativa de conservación apoyada por Conservación Internacional, El Servicio Forestal de los Estados Unidos, Nia Tero, El Programa Participación Pública en la Protección Ambiental (PPPA), la Fundación Colombia Progresa y los CC Esfuerzo Pescador y CC de comunidades negras de la Isla de Punta Soldado.   Estos resultados hacen parte de la implementación de la Estrategia de conservación de las aves playeras del Pacífico de las Américas. Contribuyen a mejorar el conocimiento de los hábitats presentes y futuros y a aumentar la capacidad de los socios y partes interesadas. Así mismo, estos resultados aportan en la conservación de hábitats importantes para poblaciones de 6 especies focales: Numenius phaeopus, Haematopus palliatus, Charadrius wilsonia, Calidris pusilla, C. mauri y Limnodromus griseus.

Unidos por la conservación del bosque de mangle

La gran biodiversidad de un territorio ubicado en el la desembocadura del Río Iscuandé, Nariño y el compromiso de sus habitantes nos ha llevado a construir una relación de más de 10 años, en los cuáles de la mano de Consejo Comunitario Esfuerzo Pescador (CCEP) quien es la autoridad de este territorio, hemos adelantado diversas estrategias de conservación.   Se trata de un territorio con un bosque de mangle cuyos árboles altos y bien conservados sustentan la actividad pesquera que le da el nombre al Consejo Comunitario de Comunidades Negras que lo administra; son 10 comunidades que albergan alrededor de 2200 personas con características culturales especiales, una población trabajadora que nos han acogido como si fuéramos parte de su familia y con quienes tenemos un Acuerdo de Conservación del bosque de Mangle en conjunto con Conservación Internacional y NIA TERO. Hace dos años uno de sus tesoros comenzó a verse amenazado, el bosque de mangle de este territorio inició a ser objeto de tala, algunas especies que aquí se encuentran han escaseado en territorios vecinos, por lo que frases como “hay muchas canoas sacando madera” y “todo el día suenan motosierras”, se posicionaron en el discurso de los habitantes del CCEP. Por ello desde hace un año en conjunto con los líderes del CCEP, y el apoyo del Programa de Participación Pública Ambiental – PPPA, iniciamos a trabajar en torno a esta problemática. Las estrategias han sido diversas y en estas participan líderes, la Junta directiva y el representante legal del Consejo; van desde consolidar un equipo de vigías del manglar, que se encargan de vigilar su territorio registrando los lugares con evidencia de la tala; posicionar la problemática con autoridades ambientales locales competentes, hasta definir acciones locales para disminuir este comportamiento. La ley define que en Colombia la comercialización del manglar está prohibida y sólo se permite el uso local para la construcción y arreglo de las viviendas por parte de las comunidades nativas, únicamente en su territorio. La interpretación de ella y su fragilidad ha originado que a lo largo del Pacífico este ecosistema haya desmejorado.   La información recopilada por los vigías del manglar, revelan que el Mangle rojo y el Nato son las dos especies más afectadas con la acción extractiva. Conocemos, además, cuáles son los esteros del territorio más usados para ese fin, así como también la cantidad de eventos mensuales de tala, al iniciar el monitoreo se reportaron 26 eventos de tala mensuales y en marzo de 2020, 13 eventos, lo que significa una disminución del 50%, confirmando que las estrategias estaban funcionando. Estos meses de pandemia, el número ha vuelto a crecer.   Esperamos seguir actuando en favor de la conservación del territorio y que las autoridades competentes, realicen efectivas actividades de control y vigilancia, que se logre erradicar definitivamente esta nociva práctica de extracción cuyas pérdidas, a corto y largo plazo, producen un fuerte impacto negativo en toda la comunidad y un atentado contra la biodiversidad que la rodea.

Sembrando árboles nativos y compartiendo saberes

Uno de los grandes retos de la conservación es aumentar la cobertura vegetal, sin embargo, no solo se trata de sembrar árboles, sino de fortalecer las especies nativas de la región y conservar la composición, estructura y función de los bosques. También buscamos que las especies mejoren los suelos y ofrezcan diversos recursos para las aves y la fauna en general. Estas acciones requieren personas comprometidas y dedicadas para asegurar la supervivencia de las plantas. En las localidades de Villacarmelo y Dapa, ubicadas en la vertiente oriental de la cordillera Occidental, zona de amortiguamiento del Parque Nacional Natural Farallones de Cali, encontramos 11 familias con las que trabajamos para aumentar la cobertura vegetal de jardines, sistemas agroforestales y áreas en sucesión primaria de sus predios; sembramos 740 árboles representados por 55 especies botánicas, de éstas, cinco se encuentran amenazadas a nivel global y/o nacional y otras más, son endémicas. El proceso de siembra lo realizaron los propietarios de cada uno de los predios con nuestro acompañamiento, el proceso empezó con la selección de los sitios y de especies a sembrar, entendiendo que cada especie tiene unos requerimientos específicos de sombra, intensidad lumínica, condiciones de suelos y nutrientes.   Además, discutimos algunas recomendaciones pertinentes para la siembra y el cuidado de los árboles. Otras recomendaciones giraron alrededor de la convivencia con las aves, teniendo presente, cómo las actividades diarias pueden ayudar o interferir en el comportamiento de algunas especies. Por otra parte, apoyamos el fortalecimiento de sus capacidades y el trabajo asociativo para actividades productivas en sus fincas. Por ejemplo, la reproducción de especies nativas locales que puedan servir para mejorar las coberturas, pero también como banco de proteínas como alimento de animales, cercos vivos, para sus sistemas agroforestales y demás. Adicionalmente, visitamos el vivero de la Fundación Agrícola Himalaya, donde reproducen especies nativas para la protección de los bosques y del agua, para conocer y aprender a reproducirlas. Del mismo modo, visitamos una empresa familiar “Orgánicos follajes y flores”, donde producen flores y follajes para comercializarlos mediante prácticas amigables con el medio ambiente, promoviendo y fortaleciendo la conservación de la biodiversidad.   Este proceso se realizó apoyados por BirdLife-Swarovski, en la búsqueda de mejorar el hábitat para algunas especies de aves importantes, como la reinita de Canadá (Cardellina canadensis), y lograr que las comunidades en estos corregimientos aprendan y se apropien de sus territorios, los bosques y la biodiversidad. “Estos ejercicios aportan a la conservación de especies focales en la cordillera Occidental”

El moriche y el carretero

Desde una avioneta Cessna comenzamos nuestros primeros recorridos por las sabanas de Casanare y Arauca, en 2012 varias imágenes se incrustaron en ciertos rincones de las mentes. En ese entonces buscábamos y contábamos las aves que volaban ante el paso de la aeronave. La inmensidad del llano, los venados que salpican los esteros y las familias de chiguiros que huyen del ruido de nuestra aeronave son apenas unas de las tantas postales llaneras que puedo hoy recordar.   Ante mis ojos y desde el aire, la sabana empezaba a confesar otro secreto: bandadas de miles de Gansos del Orinoco (Oressochen jubatus) que se ocultaban bajo las palmas de moriche (Mauritia flexuosa). Desde entonces indagamos sobre la relación entre gansos y moriches, lo que desbordó en varias preguntas, varias de las cuales aun no tienen respuesta.   El Pato Carretero también es llamado el Ganso del Orinoco, es un ave que forma grandes grupos de individuos durante la época seca en puntos específicos de la sabana inundable. Justamente, los primeros meses del año corresponden a los meses menos lluviosos y a la temporada reproductiva el ave. Al llegar las lluvias, el Ganso del Orinoco se dispersa ampliamente por la sabana. https://www.youtube.com/watch?v=Ht4jb-hTfdU Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Pato carretero es una especie que se encuentra casi amenazada de extinción, mientras que en Colombia es considerada una especie vulnerable a la extinción. La pérdida de los hábitats del Ganso del Orinoco ha afectado negativamente las poblaciones de la especie.   La transformación de las sabanas naturales atenta gravemente el futuro del Pato carretero, el cual depende de estas para conseguir su alimento. Uno de los principales componentes de su dieta son las las pajas carreteras o pastos pateros (Paratheria prostrata y Reimarochlora acuta), que comparte con los chiguiros (Hydrochoerus hydrochaeris). Así mismo, el Ganso del Orinoco anida en cavidades troncos de árboles y palmas de moriche, los cuales son también quemados y talados. Uno de los sitios que desde el aire nos maravilló, fue precisamente, el área que en la actualidad corresponde al Área Importante para la Conservación de las Aves y la biodiversidad (AICA) Reservas de la Vereda Altagracia en el municipio de Trinidad, Casanare. Esta AICA es una de las que alberga la mayor población de Ganso del Orinoco de Colombia y probablemente de Suramérica. Los habitantes de este rinconcito llanero manisfestaron a la Asociación Calidris su preocupación por el estado actual del moriche y juntos comenzamos a planear como recuperarlo. Una de las principales causas de la disminución de palmas de moriche en la Orinoquia se relaciona con el hecho de que las vacas y los cerdos ferales (Sus scrofa) impiden la regeneración de las palmas, con el pisoteo y consumo de las hojas y plántulas. De ahí que en abril de 2015 junto a la comunidad local se construyó una iniciativa de restauración de palma de moriche, la cual consiste en implementar una serie de encierros que impiden la entrada de animales que puedan consumir los frutos y las plantas, actividad que fue apoyada por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.En la actualidad, la comunidad de esta AICA puede mostrar con orgullo como las palmas de moriche se levantan airosas en medio de la sabana.

Las Alas del Arroz en Perú

El pasado mes de mayo, en la ciudad de Piura-Perú, presentamos la iniciativa Las Alas del Arroz y la certificación Arroz amigo de las aves en el marco de la XIII Conferencia Internacional de Arroz para América Latina y el Caribe, la conferencia fue organizada por el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR), Semillas El Potrero (miembro del FLAR en Perú), el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el Research Program on Rice (Programa de Investigación en Arroz del CGIAR). Bajo el lema “Alianzas para la sostenibilidad de la producción arrocera”, se abarcaron los principales componente de la sostenibilidad: economía, ambiente y sociedad. La Asociación Calidris presentó “Alas del arroz y sellos verdes para la producción arrocera en Colombia”, una perspectiva que incluye practicas amigables con la biodiversidad, buscando beneficio no solo para el ambiente sino para el productor. Foto: comunicaciones FLAR César García Mimbela, productor de arroz de Perú, buscaba aprender como ahuyentar las aves que llegan a sus cultivos. Desde su perspectiva estas aves son perjudiciales para su cultivo. Foto: comunicaciones FLAR   Agricultores de Argentina, Republica Dominicana, Venezuela y Uruguay están interesados en tener una certificación similar al sello verde “arroz amigo de las aves”, creado e implementado por la Asociación Calidris en Colombia. En estos países existe poca información de la biodiversidad asociada a los cultivos de arroz y en muchas ocasiones las aves son vistas como “plaga” en estos cultivos. La investigación y el trabajo mancomunado de las organizaciones ornitológicas y los productores para lograr la sostenibilidad en los tres ejes: economía, ambiente y sociedad es la tarea a seguir en estos países.