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10 años de historias de aves playeras

Con el fin de mejorar el conocimiento de las aves playeras en humedales costeros del corredor migratorio del Pacífico americano, empezamos a conformar en 2011 una red de socios de diferentes países y sectores. Esta red busca generar información para apoyar la toma de decisiones sobre las aves playeras y sus hábitats y fortalecer la capacidad de todos los actores interesados en la toma de decisiones informadas sobre conservación de la naturaleza.   Después de 10 años de consolidación de esta red son muchas historias, anécdotas, aprendizajes y éxitos que podemos compartir. Estas historias pueden ser contadas por las personas involucradas, pero también por los sitios y hábitats en los que hemos intervenido en este tiempo. Además, cada historia va a ser diferente según quien la cuente. La información recopilada durante estos años ha permitido tomar decisiones de manejo de sitios y de hábitats a la luz de los datos, como es el caso del manejo de estanques de camarón y sal en diferentes países, los cuales han considerado los requerimientos de las aves playeras como parte de su cadena productiva. Así mismo, ya que se registra información de manera estandarizada y coordinada, se ha logrado monitorear el impacto tanto de acciones de conservación como de amenazadas sobre los sitios y sobre las aves playeras o sus hábitats. Debido a que este proyecto funciona sobre una red de socios, los resultados y experiencias locales se han hecho visibles y, en algunos casos, se han aplicado en otros sitios o a nivel del corredor. Salinera Santa Alejandra en Honduras Los socios y personas involucradas durante estos 10 años han logrado mejorar su habilidades y conocimientos sobre las aves playeras, técnicas de campo y análisis de datos. También han conocido y aplicado diversas estrategias para avanzar en la conservación de las aves playeras, como la planeación estratégica, la incidencia política o la comunicación, entre muchos otros temas. Uno de los factores de éxito ha sido que cada socio, desde la realidad de sus países o de sus posibilidades y capacidades, han implementado el proyecto, obteniendo un buen balance entre aplicar un protocolo estándar para todo el proyecto y tener resultados que tienen sentido a nivel local, de país o de región. Reunión del Grupo de Aves Playeras del hemisferio occidental, Paracas – Perú 2018 Mantener el grupo cohesionado a lo largo de este proceso ha sido un reto, en cuanto las diferencias horarias y de idioma, e incluso las culturales y sociales, pero también por las diversas agendas de las organizaciones y socios de cada país. Sin embargo, el uso de tecnologías de comunicación ha permitido mantener el contacto y divulgar información de manera rápida y efectiva. Algunos espacios como congresos y reuniones, como por ejemplo la Reunión del Grupo de Aves Playeras del hemisferio occidental (WHSG), han permitido poner un rostro a las personas que se contactan, pero también ha permitido compartir las experiencias y los aprendizajes. En el último año, donde los eventos virtuales han sido más frecuentes han podido participar más personas. Todo este esfuerzo ha permitido mejorar la información sobre aves playeras y sus hábitats, hacer comparaciones a nivel regional y se informado decisiones que buscan reducir la tasa de declive poblacional. Anualmente se han registrado cerca de 2 millones de aves playeras de hasta 40 especies que usan el corredor en su migración desde sus sitios de invernada en el Ártico y hasta regiones tropicales y subtropicales.   Después de 10 años hay muchas historias que contar. Algunas de las metas propuestas han tenido avances durante este tiempo, como el aumento del conocimiento sobre aves playeras para informar decisiones de conservación y para reducir las amenazas en sitios clave para las aves playeras. Todo esto se ha logrado gracias a la participación de múltiples socios de los 13 países de la costa del Pacifico americano. Es así como autoridades gubernamentales y ambientales, comunidades locales, academia, organizaciones de la sociedad civil, productores, observadores de aves, entre otros se vienen sumando cada vez a esta iniciativa de conservación de la naturaleza.   Por: Diana Eusse  

Historias de aves playeras en la costa nariñense

Dos cosas nos vienen a la mente cuando pensamos en las aves playeras, sus colores, grisáceos y opacos; y sus grandes concentraciones, cientos de aves que forman grandes bandadas congregadas en un sitio. Es sorprendente verlas volar al unísono, mostrando alternativamente los vientres blancos y las espaldas pardas.   Es posible ver estas impresionantes bandadas en algunos sitios muy especiales, estuarios con grandes planicies inundables, marismas o manglares. Dos de estos sitios están en la costa del Pacífico colombiano, en las bocanas de los ríos Iscuandé, Tapaje y Sanquianga, en el norte del Nariño. El estuario del río Iscuandé es habitado por el Consejo Comunitario Esfuerzo Pescador, quienes están comprometidos con el cuidado de los manglares y sus recursos. Por su parte los estuarios del río Tapaje y Sanquianga están en el territorio de seis consejos comunitarios y en el Parque Natural Nacional Sanquianga.   En estos sitios es posible ver hasta 50 mil individuos de aves playeras usando los manglares, los planos intermareales y las islas barreras. Algunas de estas bandadas están conformadas por aves migratorias que se mueven entre el norte del continente y el norte de Nariño cada año, quienes usan estos sitios para alimentarse en descansar.   El delta del rio Iscuandé tienen árboles de mangle de gran altura, considerados entre los más altos del mundo (ver fuentes), algunos planos intermareales y dos islas barrera, de más de 500 ha, en la confluencia del río y el mar, La Cunita y Quiñonez. Estas islas mantienen áreas emergidas con vegetación y playas arenosas, que son usados por las aves playeras como dormideros durante la marea alta, y grandes extensiones de planos intermareales, que son usados como sitios de alimentación cuando baja la marea.   Por su parte, el PNN Sanquianga es el estuario más amplio de Suramérica, con 80 mil hectáreas de bosques de mangle, esteros, planos intermareales y aguas abiertas. Cuando baja la marea, quedan expuestas amplias planicies lodosas, que son el sitio de alimentación de las aves playeras. Durante la marea alta, las aves playeras se congregan en islas de manglar que quedan separadas por canales de agua.   Como parte de las estrategias para cuidar los hábitats de estas impresionantes aves, desde hace 10 años venimos realizando salidas anuales entre el 15 de enero y el 15 de febrero, para contar cuántas y cuáles aves playeras llegan a estos estuarios. Recorremos los estuarios y visitamos al menos la quinta parte de los cerca de 140 km2 de planos lodosos del norte de Nariño. Durante las visitas con funcionarios del PNN Sanquianga y habitantes del Consejo Comunitario Esfuerzo Pescador, recorremos los sitios en embarcaciones, que son el medio más efectivo, y el único, para movernos entre los canales o esteros en los manglares. Visitamos algunos planos lodosos e islas barreras y contamos todas las aves playeras que vemos en cada uno.   En estos 10 años hemos logrado registrar concentraciones de 34 especies de aves playeras. Durante 2020 revisamos y analizamos la información colectada la cual fue publicada en el número especial del Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras.   Encontramos que en las islas barreras del delta del río Iscuandé es común ver grandes bandadas de playeros pequeños como el playerito occidental y el semipalmeado (Calidris mauri y Calidris pusilla) o el chorlito piquigrueso y el semipalmeado (Charadrius wilsonia y Charadrius semipalmeado) y de otras especies de playeros medianos como la cosedora (Limnodromus griseus). Mientras que en el PNN Sanquianga, donde hay aproximadamente 900 planos lodosos dispersos al interior de bosques de mangle distribuidos por las 80 mil hectáreas del área, vemos regularmente en casi todos los planos, al menos un individuo del zarapito trinador (Numenius phaeopus), piloto (Tringa semipalmata) y meneaculito (Actitis macularius) comiendo en los planos. Las aves playeras ocupan los estuarios de diversas maneras, a pesar que estos estuarios están en la vecindad, la comunidad de aves playeras que los usan son diferentes. Esto puede deberse, tal vez, a diferencias de paisaje y de oferta de recursos. A este abanico de condiciones, las aves playeras también responden de diferente manera de acuerdo con sus caracterices naturales relacionada con el tamaño del cuerpo, el modo de alimentación de las aves playeras, e incluso la interacción con otras especies, incluyendo depredadores. Por ejemplo, en el delta del río Iscuandé predominan las aves playeras pequeñas y usan dos sitios grandes para alimentarse; mientras que en el PNN Sanquianga las aves grandes usan muchos planos y no forman grandes grupos para alimentarse.   Durante estos 10 años hemos notado cambios significativos en algunos sitios que visitamos: por ejemplo, algunos planos han crecido en tamaño, hay plántulas y árboles pequeños de manglar creciendo o algunas orillas se están erosionando y causando la caída de grandes árboles. En próximos análisis queremos avanzar en entender si podemos evidenciar cambios de las poblaciones de estas aves playeras y si tienen relación con cambios en los hábitats.   Escrita por: Diana Eusse FUENTES: En Colombia están los manglares más altos y conservados de América Mangrove canopy height globally related to precipitation, temperature and cyclone frequency

Tringa, un software para conteo automático de aves

A finales de 2019 comenzamos a evaluar el potencial de las cámaras trampa para entender el uso del hábitat por aves playeras. Las cámaras nos permitieron recolectar mucha información del comportamiento de las aves,pero generaron un nuevo reto, el análisis de miles de fotografías y videos. Es así como nació Tringa, una herramienta de software que usa técnicas de visión artificial para analizar fotografías y video y permite contar aves de manera automática.   Las aves playeras, en la costa del Pacífico de Colombia se enfrentan a un hábitat cambiante. Usan planos intermareales que se inundan y despejan con regularidad por acción de la marea con más de 3.5 metros de diferencia entre el nivel más bajo y más alto. En una misma localidad, este hábitat puede extenderse por centenares de hectáreas, lo que hace difícil la observación simultánea de los lugares usados por las aves a lo largo del ciclo mareal. Muchas de estas localidades en Colombia son remotas, de difícil acceso o con una logística costosa y compleja para desplazar equipos numerosos. Un escenario de observación tradicional, es virtualmente imposible en estas circunstancias, incluso si uno contara con todo el personal entrenado, jornadas de observación de más de 6-7h serían un reto para mantener la moral del equipo y garantizar que la fatiga no impacte la calidad de los datos. En estas circunstancias, las cámaras nos permitieron lograr una amplia cobertura simultánea del área de estudio y con una resolución espacial (10x10m) y temporal muy finas (minuto a minuto).   https://www.youtube.com/watch?v=lHaFBLys_Ns Las cámaras, fueron configuradas para realizar el monitoreo continuo de un lugar y registrar cada minuto la actividad de las aves. Como resultado obtuvimos varios cientos de archivos, logramos acumular 20.000 fotografías y 3000 videos, en apenas siete días de campo. Para analizar ese volumen de información de manera eficiente, se diseñó Tringa.   Tringa es un software de descarga gratuita que incluye módulos para el conteo automático de aves a partir de fotografías y video. Esto es posible gracias a las redes neuronales, una técnica de aprendizaje de máquina entrenada con miles de recuadros de “aves” y “fondos” para detectar aves en planos intermareales. A través de un “umbral” los usuarios pueden ajustar la probabilidad de detección de “ave” y elegir entre varios tipos de modelos. El resultado es el número de aves presentes en cada imagen. El desempeño de los modelos varía según la complejidad del fondo y la distancia a la cual se encuentran las aves. La mayor ventaja de Tringa es una interfaz amigable para usuarios sin experiencia en programación y con videos demostrativos que explican paso a paso las rutinas de análisis. Resultado del módulo de análisis de imagen. El usuario puede elegir una sección de la imagen, los cuadros azules indican aves detectadas. Recomendaciones para usar la aplicación Tringa fue diseñado para cámaras trampa y entrenado con este tipo de imágenes, pero en principio, podría usarse con fotografías o video de cualquier tipo de cámara. En términos generales se requieren imágenes de alta resolución (>20Mp) que abraquen la parcela de interés, por ejemplo, un recuadro de hábitat de 10x10m justo en frente a la cámara. En las sesiones campo se recomienda evitar la incidencia de luz directa y para los videos, soportes estables (trípodes pesados o anclados) o barreras que reduzcan el movimiento asociado al viento. El ángulo de cámara dependerá mucho de condiciones locales, pero en general, se recomienda ubicarla en una posición alta (no sobre el sustrato, sino al menos 1 metro arriba) y la una inclinación hacia la región más próxima. Clic aquí si te interesa ver una presentación sobre Tringa. Tringa es una de las nuevas herramientas para el estudio de ecosistemas costeros que estamos desarrollando como parte del proyecto Estuarios del Futuro. Fue desarrollado por el Grupo Sistemic de la Universidad de Antioquia (tesis de pregrado de ingeniería electrónica de Daniel Lopez) y la Asociación Calidris con el apoyo del programa de Becas de Soluciones Costeras del Laboratorio de Ornitología de Cornell y el grupo de Geociencias de INVEMAR. Cualquier inquietud sobre el software y sus algoritmos puede dirigirla a victoria.isaza@udea.edu.co y cualquier inquietud sobre aplicaciones de este software a otros ecosistemas o especies: richard.johnston@cornell.edu.   Por: Richard Johnston Twitter: @johnstongonzal