Se acerca el final del año, y con él llega ese instante inevitable en el que pausamos nuestras actividades para reflexionar sobre el camino recorrido. Cada paso, cada logro y cada desafío vivido durante estos meses nos invita a hacer un balance lleno de gratitud y satisfacción.

Se acerca el final del año, y con él llega ese instante inevitable en el que pausamos nuestras actividades para reflexionar sobre el camino recorrido. Cada paso, cada logro y cada desafío vivido durante estos meses nos invita a hacer un balance lleno de gratitud y satisfacción.
Este 2024 ha sido un año que reafirma nuestra misión como guardianes de la biodiversidad, recordándonos que nuestro propósito trasciende fronteras y nos conecta profundamente con las aves, sus hábitats y las comunidades que dan vida a esta causa. Con inmensa alegría celebramos 33 años como organización de la sociedad civil, construyendo un legado de conservación que no solo se enfoca en la riqueza natural, sino que inspira a otras organizaciones y personas a seguir soñando y actuando.
En este sentido, resaltamos la declaración de la primera área protegida bajo el proyecto Conserva Aves Colombia, un esfuerzo internacional que se hizo realidad gracias al compromiso colectivo y que nos confirma como pioneros en la protección de la vida silvestre. Además, en los Llanos Orientales, hemos continuado destacando la majestuosidad de esta región, trabajando junto a sus habitantes para que sus medios de vida, tan profundamente ligados a la tierra, sigan siendo la base de la conservación de este paisaje único.

Los Andes colombianos nos regalaron nuevas oportunidades para fortalecer nuestra labor con la llegada de fondos que impulsaron la conservación de la Reinita de Canadá en la Cordillera Occidental del Valle del Cauca. Este esfuerzo ha permitido consolidar comunidades y procesos que no solo cuidan de esta migratoria, sino también del equilibrio de los ecosistemas que nos sostienen. Asimismo, el Proyecto de monitoreo de aves playeras o MSP, que cumplió 12 años de actividades en la costa Pacífica de América, continúa siendo un ejemplo de colaboración, conectando a más de 15 organizaciones de 13 países y mostrándonos cómo trabajar en red puede transformar nuestra región.
El 2024 también nos trajo momentos que quedarán grabados en nuestra memoria colectiva. Por primera vez en Colombia, acogimos con orgullo la reunión de los socios BirdLife en las Américas, una celebración de unidad y compromiso que sentimos como un sueño hecho realidad. A ello se sumó nuestra participación activa en la COP16 en Cali, donde como anfitriones apoyamos el accionar de toda la delación que tomó parte de este espacio de decisión global.
Como si fuera poco, en octubre también celebramos además los 10 años del Censo Urbano de Aves de Cali, así como el reconocimiento de nuestra ciudad como “Ciudad de Aves”, y seguimos tejiendo redes de conservación en la Amazonía, el Caribe colombiano y con el sector cañicultor del Valle del Cauca.
Nada de esto habría sido posible sin las manos y los corazones que nos acompañan: nuestro equipo técnico, las comunidades locales, los donantes, las organizaciones aliadas y las entidades gubernamentales que han creído en nosotros. A todos, gracias por caminar a nuestro lado, por compartir este sueño y por recordarnos que juntos podemos construir un mundo donde las aves y las personas encuentren un refugio común. Que este cierre de año sea una invitación a seguir volando alto, con esperanza y determinación, por las aves, con la gente.
Para más información:
Luis Fernando Castillo
Director Asociación Calidris