El paisaje del valle geográfico del rio Cauca es el reflejo de una historia contada por sus madreviejas o humedales. Están entre los ecosistemas más diversos y productivos, sin embargo, es uno de los hábitats más sensibles y afectados por la contaminación, la proliferación de especies vegetales invasoras que afectan su dinámica, el uso inadecuado del recurso hídrico y en casos más irremediables su desaparición.
En el Valle del Cauca desde el año 2002 la Asociación Calidris ha venido trabajando en el monitoreo de la avifauna de estos ecosistemas, las aves son un indicador de la calidad de los hábitats, si están presentes es porque el sitio les brinda refugio, alimentación y en muchos casos las aves usan los humedales para su reproducción lo que hace que dependan de estos ecosistemas para mantener sus poblaciones.
Dentro de las actividades para recopilar información sobre aves acuáticas, se realiza el Censo Neotropical de Aves Acuáticas – CNAA. Este censo busca año tras año tener una cifra de las poblaciones de aves acuáticas presentes en los humedales, evaluar el estado de los hábitats, los cambios que sufren los humedales y como afectan la calidad tanto para lo biodiversidad como los comunidades humanas que viven o dependen de ellos para sus actividades económicas. A partir de estos datos se generan una serie de estrategias de conservación que pueden ser implementadas para su protección.
Para esta jornada del mes de febrero se visitaron 15 localidades donde se registraron 4863 individuos representados en 50 especies de aves acuáticas, el humedal que reportó más especies fue la Laguna de Sonso con 42 especies, seguido de las Lagunas y arrozales del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) con 30 especies. La especie más abundante fue la Iguaza Común (Dendrocygna autumnalis) con 918 individuos reportados en las 7 localidades.
Solo en una de nuestras localidades no tuvimos reporte de aves acuáticas, debido a que no fue posible el ingreso la Madrevieja Cauquita por aumento de la vegetación circundante a la laguna. Esto no recuerda que estos ecosistemas son cambiantes, y que algunas actividades sean antrópicas o naturales en estos hábitats pueden favorecer o no la presencia de las aves.
Las jornadas y recopilación de datos se deben a la paciencia de nuestros observadores, cada registro es importante para conocer el estado real de las aves en los humedales, de igual manera, el censo busca acercar a las personas que voluntariamente participan, a que se reconozcan en estos ecosistemas esta herencia que el río deja en su paso, los humedales o madreviejas nos cuentan historias de nuestro pasado, de nuestra cultura e identidad, y las aves son testigos porque han permanecido ahí por muchas generaciones.
Agradecemos a todos nuestros participantes, esperamos verlos en nuestra próxima jornada en el mes de julio.