Colombia se caracteriza por poseer la mayor diversidad de aves del mundo con más de 1900 especies, pero al menos 140 de estas se encuentran amenazadas. Las aves amenazadas son aquellas que mediante una evaluación se estima que se encuentran camino a desaparecer ya que sus poblaciones están disminuyendo. Las especies amenazadas pueden encontrarse en tres grados de amenaza: Vulnerable (VU), En Peligro (EN) y En Peligro Crítico (CR); siendo esta última el mayor nivel de amenaza para una especie.
Son varios los esfuerzos que se están desarrollando para mejorar las condiciones de las poblaciones de las aves amenazadas, sin embargo, para la Asociación Calidris se ha hecho evidente que el desarrollo participativo de procesos de conservación es fundamental para la consolidación de estos. Por este motivo en 2016 desarrollamos el proyecto “Construcción participativa de planes de conservación para cuatro especies de aves globalmente amenazadas en el corredor Paraguas – Munchique de los Andes Tropicales en Colombia”. Este proyecto contó con el apoyo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF – por sus siglas en ingles).
Se trata de un esfuerzo en el que se identificaron las amenazas y acciones de conservación para la Pava Caucana (Penelope perspicax), el Águila Crestada o Águila Real de Montaña (Spizaetus isidori), la Bangsia de Tatamá (Bangsia aureocincta) y el Cucarachero de Munchique (Henicorhina negreti).
Cerca de 120 personas pertenecientes a diferentes organizaciones participaron a través de su aporte de información en la identificación de amenazas para estas especies en el corredor de conservación Paraguas – Munchique, así como de acciones de conservación. Así mismo, socios como WCS Colombia, Parques Nacionales Naturales de Colombia, CVC y CRC hicieron valiosos aportes a la construcción de estos planes.
La tarea ahora es fomentar el uso de estas hojas de ruta en la conservación de estas especies, paso que ya iniciamos, mediante la implementación de algunas de las acciones propuestas en estos planes de conservación. Sin embargo, la tarea es ardua y será necesario que muchos otros se unan a este viaje para que estas aves sigan cruzando los bosques y suelos de Colombia.