Hace algunos días estuve en una reunión de trabajo en la que una investigadora nos contaba cuánto saben los caleños, y los vallecaucanos en general, sobre las áreas protegidas. Para mi sorpresa, la mayoría de las personas no saben que es un área protegida, ni cuales tenemos en nuestro municipio de Cali, o para qué sirven.
Actualmente trabajo en un proyecto cuyo objetivo es declarar un área protegida de aproximadamente 1000 hectáreas entre los municipios de Trujillo y Bolívar al norte del Valle del Cauca, por lo que siento es mi deber contarles que son las áreas protegidas, para que esfuerzos como este sean valorados por la comunidad en general.
Primero, un área protegida es un área con límites claros que ha sido oficialmente declarada por una entidad del gobierno y tiene como objetivo la conservación de nuestra diversidad biológica y sus beneficios asociados. Las áreas protegidas están reguladas y zonificadas, lo que quiere decir que se han establecido zonas específicas para el uso de la tierra. Por ejemplo, algunas zonas serán usadas para agricultura y ganadería, otras para viviendas, otras para la regeneración natural de los bosques, y otras para la protección de los bosques que ya están presentes.
En nuestro municipio de Cali tenemos cinco áreas protegidas: la cuenca alta del río Cali, la cuenca del río Meléndez, la cuenca del río Pance, el Club Campestre y la más grande, el Parque Nacional Natural Farallones de Cali. El Parque ocupa aproximadamente ¼ de nuestro municipio y podemos observar sus majestuosas montañas cuando miramos hacia el occidente de nuestra ciudad.

Para que estas áreas fueran declaradas como protegidas, un grupo interdisciplinario de biólogos, sociólogos, topógrafos, abogados, ingenieros agrícolas y administradores tuvieron que recopilar información completa sobre el área y evaluar sus características únicas. Por ejemplo, se identificaron que existen en el área especies en peligro de extinción, una tradición cultural única o relictos arqueológicos en el área. En algún momento del proceso, los profesionales y la gente de la comunidad presente en el área a declarar, se reunieron para ponerse de acuerdo sobre cuáles serían sus objetos de conservación. Por ejemplo, la Pava Caucana (Penelope perspicax) es uno de los objetos de conservación del Parque Nacional Natural Farallones de Cali porque es una especie en peligro de extinción y endémica (exclusiva de Colombia). Por lo tanto, tanto los funcionarios del parque como la comunidad local se comprometen a realizar acciones que lleven a la protección de la Pava.





Lo mismo estamos haciendo un equipo de biólogos de la Asociación Calidris en la cuenca Calamar entre Trujillo y Bolívar. En febrero 2018, salimos a campo a recopilar información sobre las aves, mamíferos, ranas, serpientes y plantas presentes en la zona. Por otro lado, nuestros amigos de la Corporación Ecofuturo están realizando reuniones con la gente de la comunidad para contarles que es un área protegida, cómo funciona y cuáles son los compromisos.
La cuenca Calamar desemboca en el embalse Guacas, o también conocido como el embalse SARA BRUT, y es una fuente de agua fundamental para siete municipios del norte del Valle del Cauca. Desde ya nos arriesgamos a decir que uno de nuestros objetos de conservación serán las fuentes hídricas que alimentan este embalse.
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Foto Pristimantis palmeri, Mauricio Correa