Es indudable que una de las prácticas que más visibilidad y apoyo recibió de parte del gobierno central en Colombia luego de la firma de los acuerdos de paz firmados en el 2016 fue el turismo y en consecuencia una de sus manifestaciones: el aviturismo.
Al contar con el 20% de las especies de aves del mundo, el país se proyecta como atractivo para ávidos observadores de aves, provenientes sobre todo de países desarrollados, con capacidad de inversión, algunos de los cuales no escatiman recursos económicos con tal de apreciar aquella especie de ave que hace falta en su diversa lista.
Esto generó una serie de acciones desde el gobierno central que buscaron favorecer este sector e incluyó un gran despliegue divulgativo internacional, sumado a estudios que arrojaron una serie de cálculos que estimaron el volumen de potenciales visitantes para Colombia al año. Tal es el caso del estudio “La paz es mucho más que palomas” que argumenta en uno de sus apartes: “…Con las negociaciones que se están llevando a cabo entre el gobierno de Colombia y las guerrillas de las FARC para alcanzar un acuerdo de paz, se espera que existan algunos beneficios para el turismo y se logre atraer un mayor número de turistas extranjeros al país…”
En tal estudio se estima que el potencial de turistas esperados es de 14.978 visitantes al año que dejarían un promedio de 9 millones de dólares, generando más de 7.500 empleos. Como beneficiarios directos estarán las comunidades que ofrecerán sus servicios a este sector. Además, también se menciona que hay 14 regiones con potencial para el avistamiento de aves entre las que se destacan Valle del Cauca, paisaje cultural cafetero y Amazonas. Se calcula que pueden ser visitadas por observadores de aves del mismo número de países provenientes de continentes como Norteamérica, Centroamérica y Asia.
Dado lo anterior y siendo consecuentes con nuestra filosofía que propende por la contribución a la conservación de las aves con investigación y proyección social y cuyo trabajo no tiene que ver con la promoción del turismo pero si con la conservación de las aves, la Asociación Calidris se ha sumado a diferentes esfuerzos que buscan aportar a la creación de las condiciones necesarias para que esta iniciativa se adelante de la manera más respetuosa posible con las aves y sus hábitats, que por supuesto, incluyen comunidades rurales con sus diferentes contextos.
Durante los últimos 5 años hemos estado acompañando procesos dirigidos a informadores de aviturismo, creando alianza estratégica con Audubon Society, FONTUR y algunos organismos internacionales que han tenido experiencias exitosas en sus países de origen y adaptándolas a nuestro contexto regional, incidiendo en el Caribe, los Andes Orientales, Centrales y Occidentales y sus áreas de influencia certificando así a más de 300 personas como informadores de aviturismo y, aportando de esta manera a las políticas gubernamentales buscando crear proyectos cada vez más consecuentes con nuestro territorio. Como nos lo dice la Ley 300 de 1996: el Desarrollo Sostenible es el noveno principio rector de la actividad turística, el cual describe lo siguiente: “El turismo se desarrolla en armonía con los recursos naturales y culturales a fin de garantizar sus beneficios a las futuras generaciones (…) el desarrollo sostenible se aplica en tres ejes básicos: ambiente, sociedad y economía”.
Por: Alexander Morales Saa