Foto: Manuela Quijano
Los biólogos la llamamos Egretta rufescens, pero a mí me encantan sus dos nombres comunes, garza rojiza o garza borracha. Y no puedo negar que es la garza de mis amores, aunque me cueste explicar la razón de ello pues no cuenta con la espectacular belleza de una garza colorada (Agamia agami) o la singular rareza de una garza zig-zag (Zebrilus undulatus). Probablemente, la garza rojiza tiene algo indescriptible que fascina al conocerla, podría ser su curioso andar solitario que de repente se vuelve un baile alegre, con tintes de desespero, tras un pez que huye de ella. Cabe anotar que la garza rojiza está bajo la categoría de vulnerable a la extinción en Colombia y casi amenazada a escala global debido a la pérdida de su hábitat en el Caribe colombiano. Y es que las poblaciones residentes y migratorias de la garza rojiza dependen de los humedales costeros poco profundos salinos o salobres para encontrar su alimento, así como del manglar para descansar y anidar.
Que la vieron por Barranquilla
Llevaba rumbo a La Boquilla
Es más costeña que arroz de lisa
Anda en Riohacha y allá camina
Como borracha y escurridiza (bis).
Coro
Garza rojiza, garza rojiza
Allá la vieron por Barranquilla
Llevaba rumbo a La Boquilla
Llevaba rumbo a La Boquilla
Esta es la primera estrofa y el coro que escribí inspirado por el baile de la garza rojiza. Posteriormente Dorcas Bautista le puso música y magistralmente la interpretó.
Esta canción fue utilizada en la versión novena
del Festival de aves migratorias del Caribe colombiano para diferentes
actividades que buscaban dar a conocer la importancia de la especie en la
región. Por lo tanto, se mencionan los sitios más conocidos donde esta ave ha
sido registrada frecuentemente, tales como la Ciénaga de Mallorquín en
Barranquilla, la Ciénaga de La Virgen en Cartagena, la Laguna de Navío Quebrado
en Riohacha o la bahía de Cispatá en Córdoba pues esta especie merece mayor
atención por parte de todos los costeños.
Blanca o gris
Incluso rojiza
Esa bella garza
Te hipnotiza
En Mallorquín también deleita
Garza rojiza se te respeta (bis).
Tal vez, para quienes inician en el mundo de la observación de las aves, puede haber desconcierto al notar que algunos individuos de la garza rojiza son blancos y otros son grises. En un principio pueden considerar que se traten de especies diferentes o plumajes correspondientes a edades o sexos correspondientes a una misma especie. Es entonces frecuente que los individuos blancos de la garza rojiza sean confundidos con otras garzas blancas, sin embargo, podrá ser útil notar que no tiene el pico amarillo en su totalidad como sucede con la garza real (Ardea alba), ni tampoco cuenta con la base amarilla del pico como en la garza patiamarilla (Egretta thula). Por el contrario, el pico de la garza rojiza es grueso, generalmente rosado desde la base hasta la punta que suele ser oscura. Tal coloración de pico podría llegar a ser similar a la de los jóvenes de garza azul (Egretta caerulea), los cuales pueden ser totalmente blancos y cuentan con buena parte del pico de color azulado con punta oscura. No obstante, las patas de la garza rojiza no son verdosas como la de esos jóvenes de garza azul, sino de color gris oscuro, no completamente negras como las de la garza real, ni con dedos amarillos como las de la garza patiamarilla.
En Cispatá garza rojiza
Como te mueves de escurridiza
Con pico de dos colores
Garza de mis amores (bis)
Garza de mis amores (bis)
Al perseguir su presa, la garza rojiza pareciera que bailara, para algunos puede incluso tratarse de movimientos similares al de un individuo borracho por ser aparentemente erráticos. De ahí que también se le llame garza borracha. Para mí en lo particular hay algo de cumbia en sus movimientos, sus alas extendidas cual pollera mientras lleva su cabeza gacha.
De todas maneras, la persecución a su presa es rítmica, esta garza baila con ese sabor y cadencia que solo el Caribe aporta a los que allí nacen. Si es cierto, no es una especie exclusiva del Caribe colombiano, pues la costa Pacífica también la recibe en migración e incluso algunos individuos migratorios de garza rojiza han sido avistados en el interior del país, sin embargo, es en la costa norte donde más abunda y se reproduce. Evidentemente es más costeña que uno de los platos más típicos de las orillas del bajo Magdalena, el arroz de lisa (Mugil incilis).
Canta y baila con la garza rojiza, que esta sea el ave de tus amores, sin importar si naciste y vives en el interior del país, esta especie merece más cariño de parte de todos los colombianos y del resto de América. Sin humedales, sin manglar y sin peces no habrá garza rojiza, la garza de mis amores, la garza costeña que sabe bailar.
Por: Carlos Ruiz Guerra